viernes, 19 de diciembre de 2014
viernes, 14 de noviembre de 2014
viernes, 7 de noviembre de 2014
miércoles, 29 de octubre de 2014
jueves, 2 de octubre de 2014
Dos albañiles fueron contratados para
arreglar la chimenea de una fábrica que necesitaba una reparación urgente, pero
era bastante difícil llegar hasta ahí. Solo podía accederse a ella colocando la
punta de un tablón a través de una abertura que daba al exterior y que otra
persona se pusiera de contrapeso en el otro extremo interior.
El capataz llamó a los dos albañiles y
los llevó al torreón de la chimenea y mandó que uno de ellos se colocara
dentro, encima de la tabla, y que el otro estuviera fuera para realizar el
trabajo de reparación.
Sin embargo, el segundo trabajador se negó rotundamente a cumplir las órdenes y dijo:
— Aquel podría levantarse y yo me iría abajo.
Entonces, el capataz se sentó en el tablón e inmediatamente el segundo albañil se colocó en el lado opuesto y comenzó a hacer la reparación de la chimenea.
.... Al terminar, el capataz le preguntó:
— ¿Por qué te has atrevido a hacerlo sin dudar cuando yo estaba sentado en la tabla? Yo también hubiera podido levantarme.
El trabajador contestó cortésmente:
— ¡Oh, no, jefe! Usted no lo hubiese hecho porque me considera un trabajador muy valioso, según figura en mi contrato.
Sin embargo, el segundo trabajador se negó rotundamente a cumplir las órdenes y dijo:
— Aquel podría levantarse y yo me iría abajo.
Entonces, el capataz se sentó en el tablón e inmediatamente el segundo albañil se colocó en el lado opuesto y comenzó a hacer la reparación de la chimenea.
.... Al terminar, el capataz le preguntó:
— ¿Por qué te has atrevido a hacerlo sin dudar cuando yo estaba sentado en la tabla? Yo también hubiera podido levantarme.
El trabajador contestó cortésmente:
— ¡Oh, no, jefe! Usted no lo hubiese hecho porque me considera un trabajador muy valioso, según figura en mi contrato.
viernes, 4 de julio de 2014
viernes, 13 de junio de 2014
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